la nada del poeta

No me gustan los días de viento, porque se me vuelan las ideas se me congelan las mejillas y las manos: en mi vida no hay suficiente abrigo, al menos, parece que me queda muy pequeño. Quiero encontrar un momento que nunca llegó, quiero encontrar a la que nunca soy, quiero escribirlo como si no doliera. Quiero que nada duela. Y vivir en esa imposibilidad Y conformarme con que no me baste que sea algo que no se puede llenar; no hace falta. Para escribir hay que separarse del objeto Yo no tengo objeto, ni me puedo separar de mi pecho ni nadie puede pero me venden humo y trascendencia Yo no tengo na de eso, por no tener, no tengo ná (solo mi inevitable cuerpo) así que escribo desde dentro de la nada que construyen mi piel y mis huesos y no me mienta, María, el poeta tampoco la soporta.