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Mostrando entradas de mayo, 2020

sacrificio y penitencia

Nunca fuiste de hablar demasiado Tu hábitat es el silencio te hice hueco para que vieneras y te fueras a tu antojo querias el mejor sitio, yo te di el hueco entre mis piernas. Querias ser dios, eras dios, aun lo eres cuando te quedas a dormir. Aún te rezo, cuando no tengo nada a lo que aferrarme, o cuando me aterra estar bien sin ti Siempre acudes, reluciente, y me ofreces tus brazos, me dejaste sin los míos Entonces soy un autómata a las órdenes de tu número Peregrinaje, sacrificio y penitencia Peregrinaje, sacrificio y penitencia Ningún altar es mejor que mi vida te di mi vida, en pequeños cachos te di lo mejor, te di todo mi tiempo porque tu nunca quisiste solo tener mi cuerpo. La devoción no es fácil sé que puedo conseguir un mejor templo, donde quepa tu magnificencia, tu misericordia, tu silenciosa voz,  la única que habla para mí  Siempre tuya, hasta que nos reunamos por última vez donde naciste, En el cementerio.

silencio y ahogos

He tratado de aprender nuevos idiomas Al principio era el cian y el amarillo, Después fueron las cuerdas y el martillo Y cuando el volumen rasca la superficie aserrada  Lo meto todo en una caja Cerrada con cinta aislante Como mis primeras mordazas solo creo en mi silencio Y que allí nazcan flores, que beberán la sangre Que allí llueva todo el año y no haya barcas Que se ahoguen las ondas que amenazan con dar forma Y se muera toda conexión eléctrica Solo creo en el silencio de mi mirada En su aterradora claustrofobia En su horizonte apátrida  Ahora solo rompo los colores, Ahora mis manos son mecánicas Creo que mis cosas ya no encajan El trastero no tiene puertas y colapsa Todo interior es en sí una cápsula  En ella vivo en el silencio Yo solo creo en el silencio En la palabra ahogada

nude

Quisiera decirte tanto, pero sigues sin dejarte ver. A veces dejas rastros, pequeñas migajas por el suelo, que me conducen una y otra vez al mismo punto muerto. Encuentro tu susurro alojado en el fondo de mi cráneo, donde no puedo alcanzarte, donde ya no te entiendo. Solo siento un ruido sordo, allí donde me pinté de blanco, donde sigue habiendo algo que falta.