de la tierra II
Pensaba que eras mío
como ofrenda y sacrificio hacia
el Afuera
yo, devota como nadie.
Esto que nombras no se toca,
no se huele,
un opaco cristal lo envuelve.
Esto con un nombre
cae en el olvido;
así que mírame, huéleme,
tócame,
no me escindas por dentro:
soy cuerpo mi yo.
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