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Mostrando entradas de 2020

los ojos

 Mismo podría irme a dormir cerrar los ojos sacarme los ojos comerme los ojos no tener puñeteros ojos

cuando ya no me duelas

 Quién voy a ser  cuando ya no me duelas y no haya huecos en tus ausencias el agua ya no vendrá con arena y los ojos llenos cuando no agache la cabeza vea la luz en el hormigón y las cuerdas deshechas en el vacío de lo que no se  puede decir caerán cristales a la fuerza pero yo pactaré las treguas qué voy a ser yo espero que comprendas cuando se extinga el susurro no te pongas la venda sin temblores quién seré yo  cuando ya no me duelas

mi soledad

 Mi soledad es como un arma  que siempre está cargada y apunta a esta lluvia crónica,  pero nunca me crecen las flores. En el centro solo hay un agujero por el que se hunden las palabras,  esas que nunca se llenan,  que se yerguen como filos bajo mis pies, me tambalean,  me retuercen en las esquinas de las  conciencias,  de todas las que he sido y seré Las palabras te anclan,  pero las mías son muy chicas,  que no me sujetan. Mi cuerpo es de silencio y por dentro siempre estoy a gritos.
 -¿Qué ocurre?  -No, nada ocurre. Quisiera volver a ser una niña. -¡Quién pudiera! Los juegos eran auténticos  -Nunca se deja de jugar, salvo... ¡ah! salvo cuando trabajas,  pero ese es otro juego -Ya estás con lo mismo -Déjale hablar -¿Es o no es lo mismo? Ya no quiero hablar, pide la cuenta -Y un café más, por favor -¿Cuándo quisiste?  -Desde que me exilié, pero ya no me acordaba de mi patria -Si te acuerdas, pero la repudias, por eso siempre serás una extranjera de ti misma -¡Y dice que quiere ser una niña!  -Puede ser una niña todavía ¿se deja de ser niña? - C'est la verité -Eres todo aquello que no dejas atrás, es importante  extirpar del todo los tumores. -Volver a la patria e izar otra bandera  -No creo en todo eso, es más, no creo en nada

este mundo

 Para qué todo esto o para qué nada si abro los ojos, es este mundo si cierro los ojos, es este mundo todo me alcanza desde debajo de  la piel  y se desintegra en polvo que  trato de recomponer como si fuera una tacita rota

compañera

Compañera,  que por las noches me asaltas, tengo un lugar seguro  a donde ir si me hace falta.    No quiero enredarme en mis imágenes,  todas ellas proyectadas  sobre un muro de pánico al que ya he subido  y he visto que puedo  con las bestias de allí abajo.     Puedo dar un paseo contigo,  calladas, de la mano, por el río,  pero tendrás que escucharme hablar  sobre el amor que rebosa en un corazón,  aunque esté herido.    Tendrás que ver que se me iluminan los ojos,  ante un café caliente en la terraza con amigos,  o cuando el desarraigo en el que habito  hace un hueco para que pueda escuchar  que mi vida no se reduce  a una noche continua contigo.    Nos encontramos cuando quieras,  ante el papel y quizás  también ante un vino.  Mi corazón es pequeño para tanto,  pero aún hay sitio para algo más  que lo vivido.

los sumideros

He pensado mucho en cómo decir esto  tanto que se atragantan mis dedos  no debería ser difícil  pero tengo el corazón caliente  y las manos muy frías. Desde hace tiempo no me salen las palabras  pese a escribir desde que tengo recuerdos,  me voy quedando sin ellos atrapados en 225 mg No quiero tener que ganarme la vida  no me queda tiempo para vivirla, para escribirla  acabamos todos el día en el habitual  sumidero del agotamiento.  Me quedo en las ramas, como de costumbre cuando era niña,  que se vivía mejor en los mundos imaginarios de mi cabeza,  donde había muchas ganas y fuerzas  de ser quien eras y contar cuentos.

esfuerzo

Llega un momento en todo día, toda tarde, toda noche que me azota un fuerte viento, se lleva consigo todas mis vendas dejándome la piel al descubierto Me encojo y así me quedo pequeñita consumida por el viejo miedo de no encontrarme cuando todo pase estando sujeta a un clavo ardiendo Sacando fuerzas de lo cotidiano en la esperanza peligrosa de un momento con todas las oportunidades perdidas exhausta ante el esfuerzo

los sueños de mi voz

 Hace tiempo que dejé de creer en mi voz,  aunque creo que nunca tuve fé en ella mi garganta, desde luego, no lo notó Hoy he soñado que estaba en un escenario  y las distintas exigencias que me impongo  se sentaban junto a los oyentes en los palcos Notaba que las expectativas se clavaban  por todo mi cuerpo, como agujas en una  sesión de acupuntura, o como en una sala de torturas, hasta dejarme inmóvil  Llegó la hora y yo estaba allí, tiesa ante el micrófono, la música ya sonaba los compases avanzaban hasta mi turno  pero no emití ningún sonido Me refugié en mi sitio, me tapé la cara con los brazos, con la vergüenza propia de un acusado en un tribunal, al que  han desplumado y se dirige, abatido,  a su celda hasta que alguien salió en mi defensa "no le habéis apoyado, no le habéis preguntado si estaba lista, o cómo estaba"   Sospecho que aquella amiga era solo  un desdoblamiento de mi misma,  una versión más mayor y curtid...

disociación pt 2

El saberse inalcanzable a la propia vista,  no poder girar las córneas sobre sí mismas,  sentir una piel que no habitas desde las primeras miradas que se posaron en tí  ya no eres tuya.  Ocupo este espacio hueco e insonoro, que no  proyecta ya ninguna sombra No me encuentro en las fotografías,  en los sueños donde me veo huidiza,  en tercera persona.  Y allí está traicionero  siempre esperpéntico y cóncavo,  por naturaleza,  todo son reflejos para mi  hasta la palabra  en ningún lugar me veo ¿es eso yo? Esa voz no es mía,  ese no es mi espacio.  Me ablando y avanzo por las esquinas  como una masa desconocida,  pudriendo la madera de los marcos de las  puertas ¿Qué es eso que respira en mi pecho?

selección de retazos

Una postal de suya, cerca de la fechas de no volver a vernos, como si fuera un aviso: "te imagino bebiendo sin parar" Nunca soy del todo  entre medias y abandonos,  en visto.  No sé si es que no sé, si es que no sé, si es que sé lo que  me ha pasado.  Algo entre la luna y su suspiro y las sustancias que consume la  sangre  la plata de los dos últimos de la Tierra arrendados por piedad y enterrados por las piedras. 

disociación

Hoy no estamos bien, escribo en plural  porque nunca estoy realmente sola; menos mal, odio estarlo porque no sé estar o ser; las ventanas están cerradas, y mi -nuestro- reflejo es transparente. ¿a qué puedo atenerme que no sea un  clavo ardiendo? yo soy -somos- líquida, y lo apago; me agarro y sin voz te grito: no me dejes; pero a cualquiera le quema, sin duda, sería mejor aprender a estar sola, pero no sé quién soy cuando lo estoy, y decidimos ahogarnos en alcohol, que cura las heridas, y llena un estómago  vacío

como el agua

Me duele estar despierta si estoy sobria yo no quiero sentir nada quiero olvidar olvidar olvidar olvidar olvidar y desprenderme no agarrarme no pisar el suelo no respirar ni  que nada me tape los huesos quiero no ser nada ni pájaro ni nenúfar quiero ser lo que  no es tierra bajo el césped o cenizas en el mar mejor es ser un líquido no tener manos ni  pies ni abrir los ojos siempre están demasiado  abiertos y todos ven lo grandes que son y lo ven qué grandes qué azules ¿o son grises?  no lo sé pero siempre miran airados se  acabó el dulce mirar sólo el mirar triste porque estoy muy triste o muy enfadada porque me he vuelto a despertar esta mañana y he pensado  en comerme un par de cajas de pastillas para qué para hacer a tu madre llorar y volver a  despertar al día siguiente volver a abrir los  ojos entre parches cables suero en la UCI en la cama sin que esté nevando ahí fuera pero  para qué seguir así dónde están ...

insecto

Por las noches se derrumba y me dice que fue culpa suya por quedarse callada a veces sufre de amnesia y altera los recuerdos, la comunicación no depende sólo de quién habla también del que escucha -Adriana ¿estás ahí? ¿Crees que es demasiado tarde? Le está creciendo un tumor por no acordarse de todo el daño que le hizo se piensa que todavía es una especie de ángel al que debe estar agradecida por haberla mirado, qué tontería se calló pero es normal ¿no te acuerdas de aquella vez que te dijeron que le gustabas a un chico y luego les viste riéndo a todos porque era una broma? Adriana no confía en nadie yo tampoco para ser sinceros no confío ni en ella de qué nos serviría a estas alturas no puede volver atrás y solucionarlo no hay nada que solucionar sólo espero que él tenga su propio Adrián lleno de remordimientos Adriana se convierte en un pequeño insecto desquiciado buscando cualquier luz cualquiera que sea y se estrella todas las veces contra ella y tengo qu...

puñales

Otra vez he abierto la boca y he escupido puñales debe ser lo que sienten todos cuando hablan conmigo todo duele soy de papel Adriana sabe que hablo, sabe que escribo, ella habla por mi cuando enmudezco y me voy muy lejos a otra parte donde nadie sabe hablar o en vez de palabras vomitan flores y no sapos y culebras como en aquel cuento, la chica guapa y calladita escupía flores yo siempre suelto bichos coronados con girnaldas porque quiero pensar que no soy solamente mala el caso es que Adriana quiere ser ella misma una flor y sus manos tienen huesos y músculo y piel no es el tejido fino de un pétalo una y otra vez, nos volvemos a hacer daño y me enfrento de nuevo al silencio odio el silencio porque escucho a todos pensar y me abruma y me callo ¡que hable ella! pero también se calla entonces estallo es que nadie entiende mis gestos es que a nadie le basta con mi mirada esa que tanto elogian dejadme callar, hacedme callar, no lo sé, pero si ella no contesta no o...

mamá perdona

Mamá, no sólo me gustan los suicidas. Me gustan, como a ti, los cantautores: los míos quizás lloran haber nacido, mientras que los tuyos lloran la patria; y tú lloras con ellos, en tu extraña conexión con Latinoamérica. Me gusta pensar que le cedo mi vida al pasado, y él se encarga de ponerle nombre a lo que no me atrevo a tocar. Y yo me veo en ellos, yo que no tuve voz, en el suicida siento mi garganta; en sus manos, mi historia. Tus cantautores cantan a la libertad, los míos y yo morimos en ella. Pero mamá, no quieres verlo, que yo he sido y soy como ellos, con peor pluma. No quieres ver, mamá, que aun estoy triste.

luz y horas

Me siento a verme marchar a lo lejos en el aire perdura lo observado, el espacio no sostuvo mi trémola mano; allí no había más que luz. Concédeme, tiempo, una segunda noche, el olor a gotas frescas. Cada cual respiraba su luz: tan sólo con los hechos se te capta. Mi cuerpo en la espera me abandona, naciendo cada vez en la hora abrupta, aquella que ha quedado despoblada. Estoy demasiado sola en el mundo. Declinan entonces las palabras, y es que al inclinarme sobre mí misma, puedo creer en las noches.

sacrificio y penitencia

Nunca fuiste de hablar demasiado Tu hábitat es el silencio te hice hueco para que vieneras y te fueras a tu antojo querias el mejor sitio, yo te di el hueco entre mis piernas. Querias ser dios, eras dios, aun lo eres cuando te quedas a dormir. Aún te rezo, cuando no tengo nada a lo que aferrarme, o cuando me aterra estar bien sin ti Siempre acudes, reluciente, y me ofreces tus brazos, me dejaste sin los míos Entonces soy un autómata a las órdenes de tu número Peregrinaje, sacrificio y penitencia Peregrinaje, sacrificio y penitencia Ningún altar es mejor que mi vida te di mi vida, en pequeños cachos te di lo mejor, te di todo mi tiempo porque tu nunca quisiste solo tener mi cuerpo. La devoción no es fácil sé que puedo conseguir un mejor templo, donde quepa tu magnificencia, tu misericordia, tu silenciosa voz,  la única que habla para mí  Siempre tuya, hasta que nos reunamos por última vez donde naciste, En el cementerio.

silencio y ahogos

He tratado de aprender nuevos idiomas Al principio era el cian y el amarillo, Después fueron las cuerdas y el martillo Y cuando el volumen rasca la superficie aserrada  Lo meto todo en una caja Cerrada con cinta aislante Como mis primeras mordazas solo creo en mi silencio Y que allí nazcan flores, que beberán la sangre Que allí llueva todo el año y no haya barcas Que se ahoguen las ondas que amenazan con dar forma Y se muera toda conexión eléctrica Solo creo en el silencio de mi mirada En su aterradora claustrofobia En su horizonte apátrida  Ahora solo rompo los colores, Ahora mis manos son mecánicas Creo que mis cosas ya no encajan El trastero no tiene puertas y colapsa Todo interior es en sí una cápsula  En ella vivo en el silencio Yo solo creo en el silencio En la palabra ahogada

nude

Quisiera decirte tanto, pero sigues sin dejarte ver. A veces dejas rastros, pequeñas migajas por el suelo, que me conducen una y otra vez al mismo punto muerto. Encuentro tu susurro alojado en el fondo de mi cráneo, donde no puedo alcanzarte, donde ya no te entiendo. Solo siento un ruido sordo, allí donde me pinté de blanco, donde sigue habiendo algo que falta.

escapadas

A veces me pregunto si mi mutismo temprano y neurótico tiene algo que ver con esta búsqueda angustiada y mesiánica de la palabra pura.   La imaginación, celda y refugio Una imagen contra un mundo lleno de ojos que desgarraban los míos. Aprendí el idioma de los cuadros,  y nadie entendió,  porque solo se podía contemplar  a una cierta distancia.   Un lenguaje solitario para ningún hablante; nunca fui por mi misma simbólica, mi palabra es dolorosamente corporal.    Y así, cuando trato de encontrar esas  palabras prometidas, aquellas que abrirían  el horizonte hacia algunos lugares habitables, me vuelvo a encontrar con la estrecha utopía de lo irreconciliable que se encuentra en el invisible trazo.   Regreso a la superficie,  varada en la primaria sensibilidad, con mi piel de hablante,  con mi piel de oyente. A la orilla del extranjero puro, cuya propia condición se me hacía insoportable.  Ya solo busc...

The summer blessing

I don’t wear the curse in my stomach, that one that fell roaring from the sky, for ten days it was crying and everything was said, the indelible, in the black of my pupil when it, scared, was throbbing at the seen of the weak light through the cloud.  Like an invertebrate animal, sewn in human skeleton, I was writhing among the days. like an abyssal animal who needs oxygen, inaccessible from birth. What was the touch from outside? The foam, and the beauty of the light in the sand, and the breeze and mist and cold behind a towel, dunes and baskets, watermelon and ice-cream, the families, couples, the children and the sandcastles. The white streets with no sidewalks, just with the shadow of the palm trees, tree or four stores, orchards, gardens, roads among wheat and greenhouses, horses, dogs, and cats, beetles. Tan skin and barefoot wet feet, Without combing, the sun was the only witness Of all of it and me, from the sea bottom, Sme...

la nada del poeta

Imagen
No me gustan los días de viento, porque se me vuelan las ideas se me congelan las mejillas y las manos: en mi vida no hay suficiente abrigo, al menos, parece que me queda muy pequeño. Quiero encontrar un momento que nunca llegó, quiero encontrar a la que nunca soy, quiero escribirlo como si no doliera. Quiero que nada duela. Y vivir en esa imposibilidad Y conformarme con que no me baste que sea algo que no se puede llenar; no hace falta. Para escribir hay que separarse del objeto Yo no tengo objeto, ni me puedo separar de mi pecho ni nadie puede pero me venden humo y trascendencia Yo no tengo na de eso, por no tener, no tengo ná (solo mi inevitable cuerpo) así que escribo desde dentro de la nada que construyen mi piel y mis huesos y no me mienta, María, el poeta tampoco la soporta.

Una página en un cuaderno

He podido ver más de siete millones de cosas, de esas que se cuentan en las viejas anécdotas de hombres experimentados;   aunque yo aun no llegaba al metro setenta. A mi corta edad diría que he vivido, porque he visto morir, y me he desengañado a cada paso que daba con soltura. He visto morir, sí, pero no de cualquier manera. La he visto sobre las cabezas de veteranos, y sobre las que acababan de levantarse sobre el cuello. Desnuda y burlona, se alojó en las habitaciones de esta casa en algún momento, bien en forma de vejez, pena, o mal de sueños. Cuando me tuvieron que llevar a uno de esos lugares donde se venera la plenitud del alma, ya entonces no se hizo necesario tener que escudarse en ningún tipo de palabra. Pude verla arropando en la cama a los niños, tapándoles inútilmente con la manta. Recuerdo a un niño al que tuvieron que atar, porque sus minúsculos brazos superaban con creces La humanidad que le demostraban. Pude verla con l...